La lluvia trae bendiciones, y se deja caer sobre mi cabeza cuando busco cobijo y serenidad.
Todo el mundo huye y escapa de ella, pero llega como gotas de alegría y es difícil dejar de sonreír si dejas que te toque. Si presentas tu rostro al cielo o si elijes ocultarlo y guardarlo para ti.
Esa es una decisión y una postura frente a la vida.
Yo quiero saltar los charcos y si no puedo, no me importa mojar mis pies
Voy a disfrutar de esta lluvia mientras pueda y este dolor, que se va con el agua bendita que baña mi cuerpo.
(2006)
miércoles, 6 de mayo de 2009
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